“…UN VIEJO…”

“Y había allí, otro ser…que tenía que ser un papá, pero qué quieren que les diga, ni parecido, miraba aterrado, sabía que debía tomarme, pero no lo hacía, después supe que le daba susto, porque me tomo como raro, con vergüenza, con miedo... no sé, fue raro. Y cuando estaba ahí sentí en mi rostro una cosa que golpeaba despacito... y ahí supe que ese era mi papá, suspiré. …Y desde aquel día no sólo en mi sangre llevo un poco de ese hombre, sino también en mis ojos, en mis manos, en mis pies... en mi corazón”

Estas canas, estas canas son falsas... mi apariencia cansada también, la ropa me quiere hacer parecer más vieja, pero todo es falso, menos, mis palabras. Juego al futuro, a imaginar cómo luciré en treinta o cuarenta años más, cuando... tenga una edad parecida a la de mi viejo; y aunque no lo es tanto, como tiene el pelo ya cano y apariencia cansada, es de los que en el banco patudamente se pone en la fila preferencial y pasa piola como tercera edad... mi viejo!!! Y se la cree, porque ha vivido tanto... tantas alegrìas, rabias, satisfacciones, desilusiones... además cuando camina de la mano con mi hermana chica, màs de una persona le dice: “ qué linda su nieta”. Pareciera que a èl le encanta, porque el “viejo” se siente orgulloso del color de su pelo y de sus arrugas.

Es un hombre de campo, mi abuelo lo hacía levantarse màs que temprano para ir a regar la chacra, junto con sus hermanos. Gracias a Dios terminó el colegio y comenzó a enseñar a los 18, en escuelas recónditas, caminaba kilómetros pa’ llegar, luego en bicicleta, después su tan recordada moto.
Tiene historias por montones, las que cuenta son blancas;pero… me encantaría escuchar las que no lo son tanto... demás que mi viejo fue un tiro al aire!!! En fin... hoy es un señor.

Y mientras sigo jugando, me detengo, porque la imaginación se me estanca. Me veo media borrosa a sus años.

Saben??? Tengo tanta responsabilidad... he tenido – al ojo social- mejores oportunidades que él, una vida más clara, una historia lejos del barro y plena en cuidados... esa es la razón que motiva mis miedos de no lograr lo que mi papá desea que logre.
Los viejos quieren vernos ser más que ellos, que cumplamos lo que no cumplieron. Quieren admirarnos y seguir chocheando con nuestras gracias.

Hoy tiene una familia, una casa, un auto y una profesión, que si bien no le permite tomar wiski, ni vacacionar en el extranjero… le permite sonreír cuando ve a sus “cabros” de corbata, con una vida hecha, eso… sí!: le permite construir vida!!!

Por eso… cuando le llegue su hora… su rostro seguirà latente, le seguiré viendo; ya he visto a muchos y puedo ver en ellos el suyo.

Amigos… hay alguien que tiene algo de Dios… lo mejor de todo es que le tenemos muy cerca.

Gracias papá, por permitirme volar, porque jamás has cortado mis alas; porque sin pertenecer a mi generación has escuchado y comprendido razones. Por seguir confiando en mí a pesar de todas las veces que he errado. Gracias por haberme heredado tu sensibilidad social, tu gusto por las palabras, tu capacidad de construir sin mirar las muchas rocas que antes hay que arrancar, tu entrega desmedida; y la mejor herencia... tu vida ya hecha y lista para entrar en las pàginas de la Trascendencia… por hacer de mí no la mejor, sino la más feliz.

A POQUITAS HORAS DEL DÍA DEL PADRE, QUISE ESCRIBIR ALGO… Y ESTO ES “ALGO”, ALGO que no està dedicado a mi viejo, pero sì pensado en èl.