Me sonroja la vida con sus caricias, con sus guiños seductores;
me altera el tiempo que pasa sin cuidado, con la seguridad de un candado cuya llave tengo en el bolsillo.
Me gusta la prisa de los momentos que no se detienen, ni miran hacia atràs.
Me rebela tu voz fuerte.
Me atre la mente que busca lo que no tiene.
Me incomodan las sorpresas.
me altera el tiempo que pasa sin cuidado, con la seguridad de un candado cuya llave tengo en el bolsillo.
Me gusta la prisa de los momentos que no se detienen, ni miran hacia atràs.
Me rebela tu voz fuerte.
Me atre la mente que busca lo que no tiene.
Me incomodan las sorpresas.
Me resbalan los prejuicios.
Me estanca la incomprensiòn de aquel que "puede".
Y me suicidan los ojos que esperan holgazanes... parados en lo más alto, analizando los movimientos de las piezas que jamás gozarán entre sus dedos...; me suicidan porque expelen un gas horrible que mata lento y en silencio.
Un par de ojos holgazanes...
son los tuyos, cuando aún sabiendo que yo sé que no sé... haces nada para que yo sepa.
Porque no te importa, porque no te interesa; porque conoces sólo lo que llevas puesto, o lo que te han puesto. Porque tu vecino no tiene nombre y eso, más bien da lo mismo; porque las noticias son sólo eso y tambièn mueren al final del día.
Porque estás en quinto y ya sueñas con el auto, el depto, la casa y luego la otra casa.
Porque las colillas se quedan bajo tu pie, porque la chimenea te mantiene caliente mientras que el humo enfría a otros.
Porque te has olvidado de mirar el cielo, porque cuando piensas, lo haces desde tu asiento.
Porque la vida es un mundo extraño y me hace enmudecer...
la usencia duele y si duele, vives.
2 comentarios:
Me gusto mucho lo que escribiste..de verdad..volveré en lo sucesivo
byes
he pasado sòlo a saludar: Hola!!!!! cómo anda???? pasa por mi sitio, allì te espero.
Esteban.
Publicar un comentario