TE CONVERTISTE EN SU MAMÁ…!! Simplemente patético!!

Hoy, salí a caminar con 0,5 gramos de melancolía, casi nada, pero lo suficiente como para pensar y sentir la ausencia de quien se ha convertido en un buen compañero de vida.
Y suele ocurrir que caminando en ese estado, todo lo que ves y pasa, tiene alguna relación con lo que piensas… una relación convergente o divergente, esta vez, creo fue la última.
Vi a muchos tomados de la mano, otros cada uno por su lado, otros apasionados: besándose sin pudor alguno, otros más bien parecían amantes: hablaban… caricias y miradas para todos lados como sintiéndose perseguidos. Vi parejas a la moda: ambos son atractivos y topísimos, otras desiguales: ella le supera en al menos 10 cm de estatura. En fin… vi cariño… amor.
Pero la imagen destacada del día fue una pareja que bien sentados, tomaban un rico helado. Ella le daba cada cucharada con delicadeza e insistencia, al rato le arreglaba el cuello de la camisa… y otra cucharadita; y mientras él degustaba, ella le miraba con cara de… “mmm.. está rico cierto?...”.
Muy cerca de ellos pude escuchar…” Ya! Vamos a ir al mall a mirar pantalones! Mira el que andas ya está como tela de cebolla!”; “…Ah!! Llamaste a Carlos? Apuesto a que no! Yo sabía! Todo tengo que recordártelo!!”

Y pensé… Ay!! Yo no quisiera tener un hijo así!! Yo no quisiera convertirme en la mamá de mi pololo!!... simplemente patético!!

“Mi estrategia es que un día cualquiera,
no sé cómo ni con qué pretexto… por fin me necesites”

Cuando Mario Benedetti escribió esas letras, no estaba hablando precisamente de poner baberos, ni de dar la comida en la boca, ni procurar abastecimiento, ni de advertir de peligros o carencias…

Esa relación de dependencia subyugada, creo que a veces tiene un fin… claro!!: se trata de hacerse indispensable para el otro y de algún modo así, asegurar la continuidad de la relación.
Ahora si bien es cierto, en relaciones amorosas, siempre existe cierta dependencia, el problema llega cuando una de las partes no se atreve a desempeñar las actividades propias de la vida diaria: desplazarse, tomar decisiones personales, salir a comprar, resolver problemas domésticos, etc.

Si algo como esto te ocurre, cabría preguntarte qué está pasando!! Porque además de que el cuadro se ve – como bien lo dije antes – PATËTICO, puede llegar a ser peligroso para la estabilidad de tu relación.
Resulta que finalmente, uno le teme al otro; uno manda y cuando el otro desobedece… el motín podría tener olor a ruptura; uno se acostumbra a que todo se lo digan o hagan y el otro terminará estresado llevando dos vidas a cuesta.
Es conveniente mantener el círculo personal y por otra parte, que la relación se desarrolle en un plano de igualdad, con un máximo grado de reciprocidad, es decir, trabajar codo a codo. Y bueno… convertirse en madre o padre, pero… no “del” otro sino “con” el otro.

He escuchado por ahí, que la pareja que dura es la que madura!!!
Sólo así dejarán de verse hijos tan grandulones y madres de ceño fruncido siendo tan jóvenes.!!